Este artículo es la reflexión a partir de una experiencia que tuve...
Hace unos días, en casa, una amiga de la familia nos compartió una experiencia. Estaba enojada porque en su negocio (un retail), muchas personas estaban robando fotos de sus catálogos y usándolas como propia.
Después de algunas ideas para solucionar lo que estaba pasando, me fui y me puse a reflexionar al respecto: ¿Qué haría yo si alguien, de repente empezara a robarse el contenido de mis redes y usarlo como propio?
Siempre que reflexiono sobre temas así me gusta pensar ''en los extremos'', es decir, me gusta situarme en el mejor escenario posible y en el peor. Por ejemplo: En el peor escenario estaría yo, intentando desprestigiar, denunciar y desacreditar a esas personas a toda costa, con el fin de reclamar mi originalidad. Y en el mejor escenario, estarían ellos, trabajando para mí.
Ampliando un poco sobre estos dos escenarios opuestos, en el primero (el peor), yo estaría desviando la atención de mi negocio hacia personas que están pensando en ellas mismas, y, a quienes no les importo yo en lo más mínimo, sino su propio ego y los beneficios que puedan obtener con mi contenido. Mientras que en el segundo (el mejor) yo estaría abriendo el juego y marcando pautas para crecer juntos, con quienes quieran unirse.
Pero... ¿Qué es lo que separa a un escenario del otro?. La respuesta es: el significado que le estamos dando, a las cosas que nos estás ''robando''.
Si nuestro contenido, producto o servicio, significa para nosotros simplemente fuente de ingreso, es probable que veamos a esas personas como delincuentes que vienen a robarse nuestro dinero, y actuemos en consecuencia. En cambio, si las mismas cosas significaran para nosotros una manera de ayudar a las personas y de contribuir con un problema existente en el mundo, ante esta actitud, probablemente vayamos a sentir que más personas se unen a nuestra lucha.
Entonces, personalmente, si alguien se apropiara de mi contenido lo que haría sería lo siguiente: en primer lugar, me comunicaría con esa persona y le dejaría claro, que sé lo que está haciendo. En segundo lugar, le diría gracias por unirte a mi lucha: la de inspirar a más personas a perseguir sus sueños, creando negocios alineados a su propio estilo de vida. Y en tercer lugar, le preguntaría, como cree que podríamos obtener beneficio juntos y unir nuestros esfuerzos, para hacer algo más que dinero y alimentar nuestro ego.
La conclusión de esto, entonces, es preguntarnos: ¿Qué significado le estamos dando a las cosas en nuestra vida, y en específico a aquellas que nos aferramos con temor a perderlas? Y pensar si vamos a seguir actuando desde la dependencia y el sobrevivir, o desde la contribución y el vivir. Porque esto es lo que separa a los dos escenarios, lo que nos libra de preocupaciones, y en muchos casos, nos regala unos cuantos años más de vida, no sólo en cantidad sino en calidad.
Si dejas un comentario en este artículo, recordá que siempre estoy leyendo y respondo todas tus dudas.
Además, si te gusta este tipo de contenido, te invito a suscribirte al blog y a seguirme en mis redes.
Comentarios
Publicar un comentario